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domingo, 22 de noviembre de 2015

Vivir en Málaga para soñar: Encuentros con mi memoria

Buscando el agradecimiento que debo a tantas personas que me han permitido desarrollar algunos de mis sueños más ilusionantes como persona, fotógrafo y cineasta, descubro con sorpresa que también existen rincones en el mundo, que ponen esa pasión que se necesita para poder continuar con la apasionante aventura de vivir y contarlo.
Luz es única y los Montes un complemento de belleza. ©Antonio Diestro
Esperando los días estaba cuando recibí la llamada de Diego Vera, con el que había establecido una cita para comentar varios aspectos que me gustaría incluir en la II Parte del documental “Parque Natural Montes de Málaga”. Quien mejor que él, como Presidente de la Junta Rectora del Parque nos puede aclarar e informar sobre el presente y el futuro de Los Montes, nuestros montes de Málaga. Respuesta que dejo en el alero hasta finiquitar ese proyecto en el que llevo trabajando más de seis años y que ya cuenta con una parte totalmente editada y publicada en DVD.

Gracias Diego es un auténtico lujo aprender estando a tu lado. ©Antonio Diestro
Diego es un erudito, conocedor y amante infinito de este espacio natural, que me cautiva por su verbo y conocimiento que solo un enamorado de este maravilloso espacio natural posee. Pone la guinda cuando termina su intervención, para el documental, sobre la compenetración que tiene y debe existir entra los habitantes de Málaga como capital de la Costa de Sol y este trocito de naturaleza que está a tiro de piedra y forma parte importante de nuestra historia e identidad como pueblo. Cómo aprende un amante de la belleza malagueña, este humilde aprendiz como el que suscribe, estando justo a la sombra de un catedrático en admiración, conocedor exhaustivo y que además profesa un amor sublime por el parque malagueño. Lo veremos en sus intervenciones en el documental.

Desde este lado del Parque se puede contemplar Málaga de otra forma.
©Antonio Diestro
Pero estando en el lugar de la cita y como siempre con mi pequeña cámara en la mochila compañera inseparable, al ver ese amanecer, ya despuntado con el sol por el este reflejado en las zonas aledañas a los límites del parque, se me ocurrió tomar estas instantáneas para incitarles a conocer este maravilloso rincón de nuestra geografía.

Pinos castaños, olivos, palmeras y viñas dibujan un espacio inolvidable.
©Antonio Diestro
Todos y cada uno de los rincones del parque me traen recuerdos de una niñez feliz y compartida con mis hermanos, mi padre y mi madre en mi barrio, La Malagueta  en la que me estaba convirtiendo en adolescente e incipiente amante de la Naturaleza. 

Viñas que aportan un recuerdo de lo vivido en esta tierra en siglos pasados.
©Antonio Diestro
A mi memoria llegan olores y sentimientos de esa época entre infantil y adolescente, cuando sentado en la parte trasera del Seat 1500 subíamos por calle de La Victoria camino de Los Montes en los veranos y otoños un tiempo pasado. Solo empezar la subida, pasada la Basílica, mi madre nos decía; “vamos a cantar”, porque subir los trece kilómetros con aquel coche, cinco niños (Rosa nace más tarde) hasta la Fuente de la Reina era toda una odisea y muchas veces nos mareábamos. Me gustaba cantar las canciones de Antonio Molina, las notas de “Cocinero, cocinero” o “Una Paloma Blanca” suenan, ahora en mi mente, recordando la increíble escala de notas en la voz del talento malagueño. Yo era muy malo cantando, ya en el colegio me dijeron que para el coro no servía. Pero con el cariño de una madre ella decía: callar todos un momento que tu hermano va a cantar por Antonio Molina. ¡Que paciencia tenían, que gente más güena!. Casi con el nudo a punto de estallar de mareo por las curvas, llegábamos arriba, donde pone Puerto del León 990 metros de altitud a la casa de Joselito y todo era ya de otra forma. Era diferente, respiraba a pleno pulmón y me estaba curando de un asma que traía a mi pobre padre a maltraer. Era la felicidad, todos juntos y disfrutando en este espacio natural que tantas historias me traen a la mente. Trillar, matanza, trigo, pan cateto, vino, aceitunas... son vivencias que cerrando los ojos casi se pueden tocar.

Erudito y amante incondicional de los Montes participa en la II Parte que
estamos rodando de la historia y futuro de Los Montes de Málaga. ©Antonio Diestro
Panorámica desde una atalaya de los Montes de Málaga. ©Antonio Diestro
Me gustaría dedicarles estos encuentros con mi memoria y los Montes de Málaga, a Rocío Ledesma como amiga y cabeza visible con los integrantes de la Asociación de Amigos del Parque Natural Montes de Málaga ( http://www.amigosmontesdemalaga.es ) por esa labor tan extraordinaria y silenciosa que efectúan cada día por nuestra espacio natural. Gracias amigos.

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