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lunes, 4 de diciembre de 2023

En el Hospital de Carlos de Haya existen los ángeles humanos en la Sección de Radioterapia

No podría, siendo justo y ciñéndome a la realidad enumerar a todos y cada uno de los miembros de mi familia, médicos, auxiliares, enfermeros y amigos que han estado dando su ánimo a diario en esta fase de mi vida. Pasé por el quirófano, lugar que nunca anteriormente había visitado y tumbado en la camilla nos encaminamos por los pasillos de Hospital Civil para entrar en aquella sala donde un grupo genial de personas me había preparado para la intervención quirúrgica, pero a mi lado sujetaba la camilla una autentica belleza de mujer:la anestesista. La miré y me dijo “soy quien te va a dormir un ratito para que te operen” y se me ocurrió contestarla como malagueño de La Malagueta “Gracias, después de verte, por si no regreso a este mundo, me llevo al otro barrio esa cara tan bonita que tienes”; es una pequeña anécdota. Un jueves de septiembre en el que me di cuenta de la calidad de seres humanos que trabajan en silencio para que podamos superar algunos de los males que adolecemos como enfermos. 

Con Jorge mi nieto a la salida del
Hospital Civil camino de casa (2016).

Un día fresco de enero pero con ese cielo azul que tenemos la dicha de disfrutar en la ciudad del paraíso, mi Málaga, atendí a la llamada del médico que en urología del Hospital Civil había seguido la evolución de las pruebas a las que me habían sometido y en esa preciosa mañana me adelantó con delicadeza que tenía un cáncer de próstata. También me dio dos alternativas a elegir: quimioterapia y la segunda operar para erradicar el "bicho" que nunca noté, nunca me molestó y que no sabía nada hasta ese 27 de enero de 2016, por cierto mi cumpleaños. Me quede un poco en “shock” y elegí la operación. Cuando me dijo que la operación sería el día 1 de septiembre de ese año, la numerología me me recordó, que esa fecha, es el día que me case.

Primeros pasos de una nueva etapa.

Ese grupo que permitió a mi cuerpo salir del hospital andando en tan solo 48 horas porque mi habitación la necesitaba otro enfermo que estaba en las largas listas de intervenciones que practican un grupo de personas muy especiales, que trabajan para intentar ponernos algo mejor de lo que entramos. Vuelvo a agradecer todo lo que hicieron por mi. Gracias a todo el equipo que realizó una operación complicada pero excepcional en mi cuerpo. Como recuerdo 46 puntos del ombligo hacia abajo.

Siempre fui con alegría y confianza
a todas y cada una de las pruebas.

Mónica Martín, Alvaro Ramirez, Cristobal Gómez y Javier Fernandez
MUY AGRADECIDO Y MUCHAS GRACIAS 

Desde entonces he seguido los controles a los que me han sometido  primero cada tres meses y desde hace unos años cada seis. Pues bien, en uno de los últimos controles el equipo de trabajo de urología del Hospital Civil se puso en contacto conmigo y me dijeron que debía someterme de nuevo a verificar los controles tumorales porque detectaron una incidencia que no les gustaba. Pues cierto, después de analizarlos  me aconsejaron que debería someterme a 35 sesiones de radioterapia pero en el Hospital Carlos de Haya en la sección Radioterapia.

Con Alba y Dani en una de las sesiones de "radioterapia"

Aquí en la sala el primer día sin saber lo que me esperaba, el enfermo Nº 241 que soy yo, entré por primera vez el 28 de agosto de este año y poco a poco descubrí que los ángeles existen en la tierra. Desde los médicos,  todos y cada uno de los grupos que he tenido la suerte que me trataran, les tengo que estar agradecidos por la delicadeza en el trato, por su profesionalidad y el cariño con que te invitan a entrar para darnos la sesión de radio. Terminé en el mes de octubre y como era a diario, excepto sábados, domingos y fechas del mantenimiento de las máquinas. Tenía ganas de ir al sótano de Carlos de Haya para que me dieran la sesión en la máquina 2. Quería agradecerles cada día ese acercamiento al paciente por el cariño que nos mostraban a todos los que teníamos que pasar por la puerta de Radioterapia para tratar ese “bichito” que queríamos eliminar.

Gracias por vuestra profesionalidad y cariño Cristina

Al tercer día y cada semana el nuevo grupo que nos trataba descubrí la profesionalidad, el trato con todo el cariño para darnos la sesión correspondiente a esa hora de la tarde noche y nos mostraban su aliento antes de llegar a tumbarnos boca arriba en la maquina, que se reflejaba en “Vamos Antonio que todo saldrá bien”. Cuando terminaba la sesión me daban su ayuda para recuperar la verticalidad y me decían “Antonio ya te queda una menos”. 

Con Ana y Macarena tras 35 sesiones que me  llevaron a tocar la campana

No fue un adiós sino fue un "nos vemos pronto"
Y GRACIAS POR TODO. ADEMÁS POR PERMITIRME
CONOCER VUESTRO TRABAJO
GRACIAS MUCHAS GRACIAS  POR CUIDARNOS CON TANTO CARIÑO

Estaba tan agusto en sus manos que les decía con todo mi corazón “Tampoco tengo mucha prisa en que terminen las sesiones”. Me mostraban como a todos, tanta delicadeza y cariño que me daba cuenta lo grande que llega a ser la persona cuando ama su profesión y esta se dedica a mejorar enfermos como yo. Gracias, sencillamente gracias por todo…con toda mi admiración y respeto por vosotros que sois muy grandes.

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