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viernes, 22 de marzo de 2024

No es una lección es una reflexión que con la madurez me inclino a pensar en la mediocridad de muchos estamentos y empresas.

 La mediocridad en política es moneda común en los tiempos que corren y como consecuencia de esa mediocridad, favores que se dan o se exigen y la falta de ética, moral y de cultura es el resultado que padecemos a diario gracias al poco nivel de honorabilidad que presentan en diversos estamentos las personas que los representan a los que de momento ya se está investigando actuaciones que no huelen muy bien. Caso parecido ocurre con el futbol español, poniendo en un lado los millones que se pueden gastar los llamados grandes, quien los tenga; porque el “Fair Play financiero” cuesta mucho cumplirlo y como en política existen maneras de escabullirte para seguir franqueando en un lado todas las normas y en otros las normas FIFA o UEFA que tampoco tienen la rectitud que se debe a unos  organismos internacionales, y si me apuras hasta las reglas más sencillas dictadas por la Real Federación Española de Futbol o la propia Liga de Futbol española. Cómo nos acordamos los que veíamos este deporte, llamado rey, pero con minúscula, en la tele en blanco y negro. Era lo que entendemos o debía ser el futbol profesional de verdad. Ha cambiado tanto que se parece muy poco a la pantomima que vemos casi a diario en los diferentes campos de futbol y encima tenemos que pagar por verlo en la TV.

Digo que tiene parentesco con nuestros políticos porque cobran un dineral y solo tienen que seguir las pautas que le marcan los que tienen el poder, porque si no cumplen se prescinde de sus servicios, es como una dictadura para que ningún miembro se equivoque o quiera sacar los pies del plato que le da de comer. En el futbol lo mismo, si no cumples con lo establecido por quien manda … al banquillo o las famosas cesiones. He leído un delicioso artículo de David Ruiz en Marca que se pregunta dónde están los regateadores; ese futbolista criado en la calle que tanto gusta en nuestro país y que casi ningún equipo lo tiene. Anteriormente ese futbolista marcaba sin duda la diferencia, muchos de aquellos aprendieron a jugar en la calle. Hoy desde pequeños les infunden que solo tienen a su equipo, ya saben su escudo “…y nada más”. Los futbolistas hoy lo primero que aprenden en las clases inferiores son las artimañas y recursos para intentar engañar al arbitro de turno o que el contrario no continúe con el balón parando el partido con faltas continuadas. Recuerdo con cariño un defensa central que tenía el CD Málaga que se llamaba Arias, decíamos en la grada cuando el contrario quería regatearlo, “imposible este no pasa” y nosotros aplaudimos a rabiar como paraba a los contrarios como fuera. 


Por otro lado el arbitraje que es otro mundo cerrado a cal y canto, otro sector de élite, es decir, los árbitros también están colocados como jueces que mandan en los partidos pero que con sus  actuaciones cada semana, la justicia que imparten no es igual aún siendo la infracción la misma en muchos casos. Porque con sus errores y equivocaciones pueden decantar la suerte de un equipo a ganar una Liga o a descender en otros casos. Lo que no estoy bajo ningún concepto es con el racismo y menos con el que se utiliza en los campos de futbol y sus aledaños. La justicia debe actuar sin contemplaciones y castigar duramente a quiene practicar el insulto, la mofa y la falta de respeto escondidos entre la multitud. 

También se cabrea

Siempre he respetado el señorío del Real Madrid, pero no se puede permitir actuaciones que perjudican su honor, trayectoria e historia. Vinicius recibe palos e insultos de todos los colores, como otros compañeros que están en el campo o en otros equipos. No se puede tomar la justicia por su mano, porque existen otros caminos para hacer reclamaciones; pero su forma airada de dirigirse al árbitro y sus continuos roces con el graderío o jugadores contrarios (cosa que no practican sus compañeros en el campo) y sus tiradas al suelo intentando que el árbitro le otorgue una falta a su favor, perjudican el comportamiento general de su equipo y del Club; ya que los que están con él en el campo corren para que no continúe esa forma de manifestarse. Pero dentro de su Club es donde se debe arreglar y tampoco hay nadie que le diga nada, que ese no es el camino. El resultado es que cada partido va peor. Que bien seria aplicar lo que más les duele a los futbolistas unas cuantiosas multas acorde a lo que cobran, por mal comportamiento y dañar la honorabilidad y señorío de la empresa en la que trabaja por esos actos barriobajeros.

Hablamos de mediocridad y ahora en este caso hablamos de una empresa localizada en nuestra provincia, en la capital de la Costa del Sol que desean tener muchos y buenos clientes. Pero no nos gusta la dejadez que demuestra con su publicidad y que ofende a cualquiera de sus ciudadanos, más que por el error, es por su abandono al no corregir su anuncio. Málaga, por su dilatada historia milenaria, por ser una de la ciudades culturales de Europa, no merece que una empresa la trate de esta forma. Aquí, en castellano, los nombres propios siempre se escriben con mayúsculas y a esta empresa pregunto “No tiene a nadie que lo vea”. Porque lleva más de dos semanas en los medios y al revisar las noticias en Marca, me regalaron el anuncio que esta abajo. Esta empresa lo mismo que la primera vez que la vi vuelve a repetir su error. También las Patentes en un lado ,mayúsculas y en otro no. Me da igual pero Málaga se escribe con M mayúscula señores.

Pocos se acercaran a  Patentes y Marcas para darles trabajo, si se sienten como yo me he sentido al ver su anuncio. En mi carrera de Director Comercial (Antena 3 Radio Málaga, Diario La Tarde, Diario El Sol Málaga, Diario Málaga, La Opinión de Málaga, Honda Cero, Cadena Cope, El Correo de Sevilla y Diario el Mundo en el cual trabajé los últimos casi 20 años hasta mi jubilación. Por favor, corrijan esa errata que nos produce mucho daño al verla.

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