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domingo, 21 de julio de 2024

Exposición permanente de Alfredo Palmero en Málaga en Fundación Bassa: Su vida, su pasión, su arte

Alfredo Palmero de Gregorio

El 12 de marzo de 1901 nace Alfredo Palmero en Almodovar del Campo. Su padre muere cuando el tenía 9 años y se traslada con su madre a casa de sus abuelos y ya desde pequeño va a dar muestras de una decidida vocación por la pintura.

                                              Foto ©Antonio Diestro Quijano

Con 9 años de edad pintaba caballos a lápiz y un vecino llamado Rafael Montforte le enseña la la pintura a la acuarela. Con 11-12 años ya realizó su primer lienzo que se conserva en la ermita de Santa Brígida, dedicado a San Juan Bautista. Además pinta paisajes, y escenas cotidianas muy de moda en la época, que vende a los adinerados de Almodovar.                                             

                                       Foto ©Antonio Diestro Quijano

La familia quería que Alfredo estudiase una carrera pero se negó y su abuelo Julián y su tío Jose lo llevaron a Madrid para que pusiera desarrollar su pasión por la pintura. Visitó las tiendas más importantes de la capital de grabados y marcos en Fuencarral de Alberto Iturrioz, quien predijo que sería uno de los mejores pintores de su tiempo.

                                         Foto ©Antonio Diestro Quijano

La familia Bou compraba los cuadros de Alfredo por 500 ptas que estaban bien pagados, sobre todo si tomamos por referencia las 1.000 ptas que pagaban a pintores consagrados como julio Romero de Torres, Soroya, Pradilla… y otros.

                                          Foto ©Antonio Diestro Quijano

Con estos ingresos Alfredo comenzó a alardear y gallear por Madrid. Era fácil localizarle porque acudía al Sagrado Café del Pombo, donde ramón Gómez de la Serna crea un gran ambiente de espíritu liberal alrededor suyo,

Tertulia en la Sagrada Cripta del Pombo en Madrid 

Prepara las oposiciones para ingresar en La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, teniendo como profesores aJulio Romero de Torres y Joaquín Soroya. En 1919 adopta la doctrina de su maestro Luis Menéndez Pidal, pintando interiores de iglesias con viejos y niños, el Sermón y misticismo aldeano.

                                              Foto ©Antonio Diestro Quijano

Marchó joven a Paris reinaba en los años 20 un ambiente de vanguardia alejado de las enseñanzas de sus ilustres profesores de San Fernando y sus maestros Luis Menéndez Pidal...El Fauvismo, Cubismo, Expresionismo le impactan, aunque Alfredo se aferra a Velázquez como tabla de salvación. Pero tanto le impactó esas influencias que abrían las puertas a tanto academicismo. Durante esta época de Paris fue a conocer otras tendencias pictóricas en Europa. Visitó Friburgo, Berlín, La Selva Negra, Stuttgart y Berna. A su vuelta dedicó muchas horas a pintar.

                                             Foto ©Antonio Diestro Quijano

E 1927 pasó unas oposiciones para visitar Italia. Al año siguiente se fur con su gran amigo escultor de Ciudad Real Felipe Coronado. Visita Venecia, Milán, Florencia, Roma y con solo 27 años ha conocido todas las tendencias de Italia. Grandes como Tintoretto, Tiziano, Rafael, Miguel Ángel, los Bellinis o Caravaggio.

                                               Foto ©Antonio Diestro Quijano

Forma parte de una saga o generación de artistas que, en el primer tercio del siglo XX, hicieron de La Mancha uno de los principales focos artísticos de la época. Las principales influencia en su obra fueron Velázquez, Goya, Manet, Degas, Picasso y Renoir.


                             Foto ©Antonio Diestro Quijano

                                             Foto ©Antonio Diestro Quijano

Pintor de inspiración impresionista su temprana vocación y afición serán los impulsores de su traslado a Madrid con solo 14 años donde comenzaría su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidiría con Gregorio Prieto, Joaquín Valverde, Juan Esplandiú entre otros.


                                            Foto ©Antonio Diestro Quijano

                               Foto ©Antonio Diestro Quijano

                              Foto ©Antonio Diestro Quijano

Destacamos una entrevista que realizó al diario El Defensor en marzo de 1920 donde nos da unas pinceladas sobre algunos aspectos de su personalidad artística: mi carácter que es variable y que hoy evoluciona al querer abarcar mucha técnica, me hace pasar entra la gente del pueblo, por un niño de esos estúpidos y se me tilda de tonto; son casos de incomprensión que tenemos que aguantar en esta sociedad caduca; mi temperamento en sí creo ser muy cercano a Velázquez.

                              Foto ©Antonio Diestro Quijano

                               Foto ©Antonio Diestro Quijano

Su estancia en la capital entre 1915 y 1920 le permitirá imbuirse en el ambiente bohemio de la misma asistiendo a las tertulias de conocidos cafés como El Parnasillo o La Fontana de Oro llegando a ser contertulio de importantes personalidades de la época como Unamuno, García Lorca o Manuel de Falla.
                               Foto ©Antonio Diestro Quijano

En ese mismo año expuso por primera vez en el Casino de Ciudad Real, y posteriormente viajó a París —donde entró en contacto con las principales corrientes artísticas de la época como el dadaísmo y personajes como Apollinaire—, e Italia (1928), acompañado de su buen amigo, el escultor Felipe García Coronado. De esta etapa destacamos una pintura marcada por la riqueza cromática, luminosidad, y de gran agudeza perspectiva como las obras del Folies Bergere, Montmartre, Montparnasse…

También es conocida su faceta como docente impartiendo clases el Instituto de Enseñanza Media de Ciudad Real. Desde este centro docente fue trasladado a Burgos, para pasar posteriormente a Toledo y finalmente a Barcelona. Para Alfredo el espíritu del arte pasaba por depurar la esencia de la raza, en el campo, al aire libre según lo requieren los preceptos modernistas. En la década de 1960 fundó en su localidad de origen, Almodóvar del Campo, el Museo Palmero, lugar escogido por la familia para conservar el legado del artista. Años más tarde, en 1970 y en Barcelona, fundó el Museo e Instituto Palmero de Arte, ubicado en una antigua masía del siglo XV.

La proyección tanto nacional como internacional de Alfredo Palmero es indudable, con exposiciones realizadas en el hotel Carlton de Bilbao, en el salón Cano de Madrid, en las galerías Grifé & Escoda, Augusta y Barcino, de Barcelona, así como en Valencia, Santander, La Coruña, Zaragoza, Bruselas, Nueva York, París, Londres, Ámsterdam, Múnich, Lisboa, Osaka, México, Venezuela, Argentina…  En 1983 hizo pública la “Colección Cervantina” en su propio Museo y en los Museos Metropolitan de Palm Beach y de Bogotá. Miembro de honor del Instituto de Estudios Manchegos, falleció en Barcelona el 5 de marzo de 1991. Sin duda, el Museo Palmero es uno de los principales reclamos turísticos de Almodóvar del Campo, tanto para amantes y especialistas del arte como público en general interesado en iniciarse en el conocimiento de uno de los artistas con mayor proyección de nuestra tierra, contemporáneo de grandes pintores y pintoras, y cuya obra es esencial para comprender las principales corrientes de la época y el contexto en el que se mueve nuestro artista.

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