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jueves, 21 de febrero de 2019

El calentamiento global pone en jaque a los vinos españoles

Color, cuerpo, aroma, sabor… Son cualidades que, según los expertos en enología, hacen que un vino sea lo que es. Sin embargo, hasta que llega a la mesa, entran en juego muchos factores que permiten disfrutar de un buen vino y el clima desempeña un papel muy importante en la ecuación. Temperaturas más extremas, sequías o estrés hídrico son solo algunos de los efectos que los expertos asocian al cambio climático en los próximos años y todos ellos podrán afectar a la producción y la calidad de los vinos. Pero, ¿en qué medida lo harán? Eso es lo que analiza un estudio en el que han participado investigadores de la Escuela Técnica Superior de Caminos, Canales y Puertos y de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la Universidad Politécnica de Madrid. “Los efectos derivados del cambio climático son un hecho y pueden comprometer la producción del vino en la cuenca mediterránea, pero también a escala mundial”, explica David Santillán, investigador del Departamento de Ingeniería Civil: Hidráulica, Energía y Medio Ambiente de la UPM y uno de los autores de este trabajo.

Calor, sequía, o estrés hídrico amenazan el vino. ©A.Diestro
Cómo hacer frente a los cambios
“Las proyecciones futuras sugieren que deberemos afrontar la producción vitivinícola mundial desde un mayor estrés hídrico y temperaturas variables y que la Península será una de las más afectadas por el problema. Por ello, los riesgos derivados del cambio climático deben tenerse en cuenta”, añade. Para poder hacer frente a los cambios con éxito, los esfuerzos de adaptación a los nuevos escenarios deben ser proporcionales al estrés sobre la producción del vino que se producen en ellos.El trabajo de los investigadores de la UPM identifica las diferentes condiciones a las que se puede enfrentar la producción mundial vitivinícola. “El escenario de menor impacto para la producción vitivinícola se corresponde con un incremento reducido de las temperaturas y una baja disminución de las lluvias, lo que se espera que produzca pocos cambios en los indicadores agroclimáticos”, explica Ana Iglesias, investigadora de la ETSIAAB y el CEIGRAM de la UPM y otra de las firmantes de este trabajo. Por el contrario, tasas mucho más elevadas de sequía o modificaciones elevadas en las temperaturas, afectarían más a la producción del vino, haciendo que cambiasen sus características. “Desafortunadamente, los modelos de proyección hasta 2099 nos hacen pensar que se dará una evolución hacia condiciones climáticas más desfavorables en todas las regiones productoras y que, aunque no serán demasiado acusadas, una de las más afectadas será la Península Ibérica”.

Pocos cambios en el índice de Huglin prevén los expertos. ©A.Diestro
La producción española, la que sufre más riesgos
En el caso concreto de Europa, los investigadores prevén que haya pocos cambios en el índice de Huglin (indicador que mide la idoneidad térmica para la producción de vino en una zona determinada), aunque la Península será una de las más afectadas. “Los esfuerzos de adaptación tendrán que ser mayores en el norte de la península ibérica, en la región vitivinícola francesa y en las zonas más aisladas del Norte de Europa”, asegura Santillán. Otro de los aspectos que tienen que considerarse es el índice de Frío Nocturno (Cool Night Index), que mide la temperatura mínima nocturna durante el periodo de maduración y ofrece información sobre la calidad del vino en términos de aroma y color tanto de las uvas como del “caldo”. “Los índices para este indicador muestran que la producción europea no se verá muy afectada, aunque una vez más, los mayores cambios se verán en la Península, más concretamente en la costa sur, donde los esfuerzos de adaptación serán mayores”, añade.
España debe aumentarlas zonas irrigadas para no perder sabor y color. ©A.Diestro
Por último, los investigadores consideraron los cambios en el nivel de sequía. De nuevo, aunque las condiciones no serán desfavorables para la producción vitivinícola de la zona, la producción de la Península sufrirá un mayor estrés de adaptación que otras regiones europeas. España deberá incrementar las zonas irrigadas si no quiere hacer frente a ligeras reducciones en el sabor y el color de los vinos que se producen en las zonas centrales y del sur de la Península”, explican los investigadores. El trabajo, en el que también han participado investigadores de la Universidad de Tours (Francia), y que ha sido publicado en Science of the Total Environment, subraya la importancia de analizar localmente el impacto de estos cambios en la producción, pero sobre todo, muestra la necesidad de desarrollar acciones conjuntas en las distintas regiones productoras con el objetivo de que los cambios no repercutan en la economía a nivel global.

El vino ofrece beneficios económicos, sociales y medioambientales. ©A.Diestro
“La producción de la uva y del vino ofrece importantes beneficios económicos, sociales y medioambientales a las sociedades. No solo se trata de poder disfrutar del mismo, sino que también implica mayores cuotas de desarrollo rural, empleo y turismo, entre otros”, concluye Ana Iglesias.

Referencia bibliográfica:
David Santillán, Ana Iglesias, Isabelle La Jeunesse, Luis Garrote, Vicente Sotes, "Vineyards in transition: A global assessment of the adaptation needs of grape producing regions under climate change", Science of The Total Environment 657: 839-852 (2019), ISSN 0048-9697, https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2018.12.079. Fotos A.Diestro.

jueves, 17 de enero de 2019

Necesitamos que llueva en España

Recuerdo aquel recurrido refrán que dice "Nunca llueve a gusto de todos". Que cierto es, en Alemania poderosa y rica lleve, nieva en abundancia, también en los países nórdicos y centroeuropeos: mientras tanto en el sur del continente con lo que necesitamos al líquido elemento, como decimos por aquí" ni una chispita". Demos un repaso a los datos a este respecto que publica Ecoticias este mes de enero.



La reserva hidráulica española está al 54,8 por ciento de su capacidad total. Los embalses almacenan actualmente 30.739 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, aumentando en la última semana en 196 hm³ (el 0,3% de la capacidad total de los embalses).

La reserva por ámbitos es la siguiente:
Cantábrico Oriental se encuentra al 72,6%
Cantábrico Occidental al 61,6%
Miño-Sil al 50,8%
Galicia Costa al 68%
Cuencas internas del País Vasco al 66,7%
Duero al 54,6%
Tajo al 52,3%
Guadiana al 53,6%
Tinto, Odiel y Piedras al 82,1%
Guadalete-Barbate al 64,7%
Guadalquivir al 53,7%
Cuenca Mediterránea Andaluza al 66,5%
Segura al 25%
Júcar al 35%
Ebro al 66,2%
Cuencas internas de Cataluña al 90,1%
Las precipitaciones han sido prácticamente nulas en toda España. La máxima se ha producido en San Sebastián - Donostia con 1,8 mm (1,8 l/m²).

La situación de las cuencas, en hectómetros cúbicos, se detalla en el cuadro adjunto:


Las lluvias acumuladas en España desde que comenzó el año hidrológico el 1 de octubre hasta el 8 de enero han alcanzado un valor medio en el conjunto de España de 232 litros por metro cuadrado, es decir, un 9 por ciento menos del valor normal que correspondería a este periodo, que son 255 litros por metro cuadrado, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En Andalucía tenemos necesidad de sacar el paraguas porque es necesaria la lluvia
Así, la primera semana del año, del 2 al 8 de enero las precipitaciones fueron muy escasas y afectaron a la cornisa cantábrica y norte de Navarra. Las mayores acumulaciones de precipitación esta semana se han contabilizado en los observatorios principales de Fuenterrabía, 13 litros por metro cuadrado; San Sebastián-Igueldo, 5 litros por metro cuadrado; Santander I-CMT, 4 litros por metro cuadrado; Bilbao-aeropuerto, 3 litros por metro cuadrado y en Santander-Parayas, 2 litros por metro cuadrado. Además, el día 9 apenas hubo precipitaciones en el extremo norte de la Península y en Baleares, pero todas ellas inferiores a 10 litros por metro cuadrado. Sin embargo, ha llovido por encima de lo normal de los valores normales en buena parte del tercio este peninsular, en zonas del sur de Andalucía, en Baleares y en el nordeste de las islas canarias de mayor relieve y de Fuerteventura.
Se llegan incluso a duplicar esos valores en Castellón, buena parte de Teruel, en el litoral oriental de Almería y en puntos del norte de Granada y de la costa de Tarragona y de Valencia. Por otra parte, las precipitaciones no llegan a alcanzar el 75 por ciento de su valor normal en una franja que va del este de Asturias hasta el oeste del País Vasco, en el norte de Castilla y León, en el pirineo navarro y oscense, en el oeste de Cáceres y sur de Badajoz, en zonas del norte de Andalucía, en gran parte de las islas canarias a excepción de Fuerteventura y en puntos del interior peninsular y del sur de Galicia.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Más conciencia medioambiental para tener más limpieza

Residuos 
La Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) ha retirado de las depuradoras y estaciones de bombeo de aguas residuales de la capital, entre enero y agosto de este año, un total de 2.268 toneladas de residuos sólidos, en su mayoría toallitas higiénicas. Esta cantidad supone apenas un cinco por ciento menos respecto al mismo período del año anterior. Por otra parte, según los datos registrados por Emasa, la media de residuos sólidos extraídos de sus instalaciones en los últimos cinco años es de 3.314 toneladas anuales. 
Málaga es una gran ciudad pero debemos cuidarla todos. © Antonio Diestro
Las pruebas de laboratorio efectuadas por Emasa constatan que las toallitas higiénicas no son biodegradables en el período necesario para su tratamiento en las plantas depuradoras, por lo que los técnicos de la empresa municipal piden que no se arrojen al inodoro, independientemente de las indicaciones que figuren en el etiquetado de estos productos.
Es solo una muestra de lo que tiramos por el inodoro y la necesidad de recogerlo. 
Por ello, el Ayuntamiento de Málaga, a través del Área de Sostenibilidad Medioambiental y Emasa, han presentado este martes la puesta en marcha de la undécima edición de la campaña escolar de sensibilización ambiental 'Yo sí cuido el agua'. El concejal de Sostenibilidad Medioambiental, José del Río; el gerente de Emasa, Juan José Denis y el presidente del Aula del Mar, Juan Antonio López, han incidido en la importancia de la colaboración ciudadana en el uso responsable de los desagües domésticos para optimizar la correcta depuración de las aguas residuales del área metropolitana. 
Cerca de 3.400 toneladas de media anual de residuos se recogen en Málaga.
Esta iniciativa escolar de impacto está diseñada con el objetivo de fomentar las buenas prácticas ciudadanas y evitar que se arrojen a los desagües domésticos residuos, especialmente toallitas, bastoncillos y aceites, que dificultan la depuración adecuada de las aguas residuales y, por consiguiente, contaminan los acuíferos y el medio marino.

Metodología didáctica
Para lograrlo se utilizará una metodología didáctica vivencial e interactiva propiciando el descubrimiento, a través de los sentidos, de las consecuencias negativas de estos residuos en el funcionamiento de las estaciones de bombeo de aguas residuales y sobre la calidad de las aguas de las playas de Málaga.

Humedales, arroyos y ríos limpios no es imposible. © Antonio Diestro
El programa de actividades comienza con una ponencia interactiva en el centro educativo, posteriormente se visita la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) del Campo de Golf, donde se identifican distintos tipos de residuos higiénicos de origen doméstico y se realizan talleres interactivos sobre la persistencia de los efectos negativos de estos residuos sobre el medio acuático y la vida marina.
Fuente info: Ecoticias